NPH Es Mi Hogar
Mi nombre es María Isabel Siquinajay,nací el 22 de junio de 1989 en la Aldea Chimochoy, San Andrés Itzapa, Chimaltenango. Desde mi nacimiento, he sufrido de hidrocefalia, retraso mental leve y diplegia. Sin embargo, he aprendido a sobrellevarlo de manera positiva.
Mi Llegada a NPH
Recuerdo el día en que llegué por primera vez a NPH Guatemala (Nuestros Pequeños Hermanos Guatemala). Fue un momento que ha quedado marcado en mi memoria para siempre. Mi tía me acompañó mientras nos acercábamos a las puertas de NPH Guatemala, y en el aire se respiraba una sensación de anticipación y curiosidad. Al ingresar al lugar, me envolvió una atmósfera cálida y acogedora. Los colores del paisaje circundante parecían reflejar el espíritu vibrante de la comunidad. Sentí que estaba en un lugar donde podía ser yo misma, sin miedo ni juicio. La razón por la que estoy aquí en NPH es porque mi madre murió cuando era muy pequeña, y debido a mi discapacidad, mi padre no podía cuidarme solo porque también tenía que trabajar, y además, los recursos económicos no eran suficientes.
Mi Familia
Mi padre vive con mi hermana, quien reside en Itzapa, a unos 10 minutos de NPH. Ella tiene ocho hijos, algunos de los cuales ya tienen hijos, así que somos una gran familia. Mi hermana tiene un lugar especial en mi corazón; es la persona más importante en mi vida. Ella me visita con su familia siempre que puede, y también tengo la oportunidad de ir de vacaciones con ellos de vez en cuando. Estar con mi familia durante la Navidad me da una alegría inmensa. Aunque siempre disfruto regresar a NPH, este lugar se ha convertido en mi hogar, y realmente me encanta estar aquí. Aparte de mi hermana, también tengo un hermano que lucha con la adicción al alcohol, y lamentablemente, tengo una hermana con la que no deseo mantener contacto. Con los años, he aprendido a aceptar esto y a encontrar maneras de sobrellevarlo.
Mi Experiencia Personal y Mi Autonomía
Sé que cuando era pequeña me operaron de la cabeza, porque mi cabeza no dejaba de crecer. Pero siempre recuerdo que he estado en silla de ruedas o usando bastones para caminar. Es algo muy normal para mí porque no conozco otra forma de vivir. Sin embargo, me gusta mucho caminar con los bastones, ya que me da una sensación de independencia. Por eso, trato de hacer todo de manera independiente en Sagrado Corazón: levantarme sola, ducharme y ir al baño sin ayuda. En realidad, todo lo que hago durante el día intento hacerlo por mí misma porque me hace sentir bien. Incluso ayudo a los tíos y tías con la ropa o en otras tareas donde pueda ofrecer mi ayuda. En NPH, vivo en Sagrado Corazón, que es el área para personas con discapacidades. Comparto la habitación con otras tres mujeres.
Trabajo y Actividades en NPH
En NPH disfruto mucho trabajando en la Tienda Sonrisa, donde tengo la oportunidad de servir a la gente y vender alimentos y bebidas. También valoro las clases especiales donde realizamos diversas actividades, como pintar, coser, jugar, hacer terapia ocupacional y resolver rompecabezas con la profesora Paty y nuestros tíos y tías. Una vez al mes, Sagrado Corazón visita la Ciudad de Guatemala para participar en la Olimpiada, y siempre participo en este evento. Mis Personas Favoritas en NPH La tía Demezia y Myriam son mis personas favoritas en NPH. Las aprecio profundamente. Son pacientes, cariñosas y también firmes. Disfruto resolviendo rompecabezas con ellas o simplemente sentándome a charlar. Puedo hablar de cualquier cosa con ellas, y me tratan como a una adulta normal, lo cual valoro mucho. Mi comida favorita es “Pollo Campero” con papas fritas. Aquí en NPH, me gusta especialmente el pollo con salsa y arroz. Sin embargo, no me gustan para nada las lentejas, los cereales ni los pancakes.
Fisioterapia y Bienestar
Dos veces a la semana tengo fisioterapia con Darling, la fisioterapeuta. En la escuela también hago algo como entrenamiento cerebral, realizando muchas actividades para entrenar todos mis sentidos. Me gusta mucho la fisioterapia, aunque a veces es muy agotadora y me consume toda la energía. Sin embargo, también me dan masajes en las manos porque me duelen mucho de tanto caminar con los bastones. Esta parte es la más relajante de mi terapia. Cuando estoy estresada, también escucho música, a veces incluso durante la terapia, para poder relajarme, porque me encanta la música.
Mi Mayor Deseo
Mi mayor deseo en este momento es tener bastones nuevos, tal vez unos que no me lastimen tanto las manos. Ya tengo ampollas en las manos, pero como ya mencioné, también quiero caminar más con los bastones porque la silla de ruedas me aburre mucho y me siento más normal cuando puedo caminar, aunque sean pasos pequeños y lentos.
Mi Rol Como Hermana Mayor
En NPH, he asumido el rol de hermana mayor para algunos de mis compañeros. Es una responsabilidad que acepto con todo el corazón, impulsada por un profundo sentido de empatía y compasión. Siendo naturalmente alegre y servicial, trato de motivar a quienes me rodean y brindarles mi ayuda cuando lo necesitan.
Momentos de Soledad y Reflexión
Sin embargo, incluso las personalidades alegres como la mía pueden experimentar momentos de frustración o melancolía. Hay veces en las que el peso del mundo parece recaer sobre mis hombros y me retiro a mis pensamientos. En esos momentos, prefiero la soledad y busco consuelo en los rincones tranquilos. La timidez forma parte de mi naturaleza. A pesar de mis momentos de retiro, siempre trato de conectar y ayudar en todo lo posible, ya sea prestando un oído atento, ofreciendo una sonrisa o dando algún consejo. Reflexión Final Gracias a NPH, en realidad tengo una vida bastante normal. Tengo mi día a día, que manejo más o menos de manera independiente, y amigos con quienes puedo jugar y hablar de todo. Terapias que me ayudan a mantener mi movilidad, siempre algo de comida y, sobre todo, la sensación de tener un hogar. Agradezco a todos los que apoyan a NPH Guatemala y me ayudan a tener una silla de ruedas y bastones. Al reflexionar sobre mi camino en NPH Guatemala, me llena de gratitud pensar en las oportunidades y experiencias que me han formado como la persona que soy hoy. Este lugar se ha convertido en mi hogar, y los lazos que he formado aquí durarán toda la vida.