Me llamo Romeo* y tengo 19 años, me gusta jugar fútbol, estar rodeado de la naturaleza y sueño con ser médico forense cuando vaya a la universidad.
Recuerdo que, con Yang Luis, el psicólogo de Buen Pastor, empezamos a tener conversaciones y aunque no me sentía muy cómodo al principio, esto mejoró cuando se volvieron más constantes. Me fui sintiendo más confianza con el psico Yang, como le digo de cariño.
El psicólogo me ayuda cuando tengo situaciones de tristeza o algún problema en donde siento que no podré solo, busco al Psico Yang y le pregunto: Psico “¿podemos hablar?, ¿me podría ayudar con esto?” y él me ayuda.
Me siento escuchado y esto me ha permitido hacer frente a los momentos difíciles de la vida. Ahora puedo pensar mejor mis decisiones, manejar mis emociones y pensamientos. Yo les he dicho a mis compañeros en el hogar que si pueden hablen con el psico, igual yo también les ayudo porque me piden consejo.
Las sesiones con el psico Yang me permitieron sentirme escuchado. Ya no reprimo mis emociones, soy más alegre y feliz, y un poco más seguro de mí mismo. Todos los días me siento más motivado.
Siento un gran afecto por la familia de NPH porque si no fuera por ellos yo no tuviera estas oportunidades y no pudiera estar preparándome para cumplir uno de mis sueños. Muchas gracias a quienes apoyan esta causa.
*El nombre Romeo es un seudónimo utilizado para proteger la identidad del niño.