Fisioterapeuta Voluntaria: Una Experiencia Inolvidable en NPH México

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Los jóvenes a menudo sueñan con un mundo mejor: más justo, igualitario e inclusivo. Un mundo en el que todas las personas tengan las mismas oportunidades, independientemente de su origen, raza, sexo o religión.

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14 Jun 2021

Los jóvenes sueñan frecuentemente con un mundo mejor: más justo, con más igualdad e inclusivo. Un mundo donde todas las personas tengan las mismas oportunidades sin importar su origen, raza, género o religión.

Para ayudar a cumplir este sueño, elegí hacer algo para agradecer al mundo y a la sociedad que me han dado tanto. Decidí colaborar con una ONG y dedicar mi tiempo, esfuerzo y conocimiento para apoyar a aquellos que no han tenido la suerte o las oportunidades que yo he tenido. Escogí NPH porque entiendo que los niños frecuentemente son víctimas inocentes de esta sociedad que estamos construyendo. Además son los más vulnerables, sufriendo la mayor crueldad y con la menor capacidad para defenderse.

Encontré NPH a través de una página web española sobre fisioterapia que anuncia proyectos de colaboración y oportunidades para ser voluntario. Después de graduarme de la universidad, pasé un año en la región Vasca de España como fisioterapeuta en una clínica apoyando a niños y adultos. Era una vida cómoda, viviendo en casa de mis padres sin preocupaciones ni responsabilidades. En cuanto descubrí NPH, empecé a investigar y supe que ésta era una oportunidad para mí, así que llené el formato de aplicación y envié mi solicitud.

En el momento en el que supe que había sido aceptada para vivir esta aventura, me llené de una ola de alegría. Entonces aparecieron las expectativas y los temores sobre vivir un año en NPH México. Me empecé a dar cuenta de que este sería un cambio enorme para mí: un giro radical en mi vida.

La realidad ha excedido ampliamente mis expectativas.

Originalmente pensaba que NPH era un orfanatorio donde los niños se quedaban temporalmente hasta que encontraran un nuevo lugar adonde ir. No podía estar más equivocada. NPH no es sólo una casa para los niños; somos una gran familia y un lugar que le da a los niños vulnerables la oportunidad de crecer y convertirse en lo que siempre han soñado, de poder soñar y de hacer realidad esos sueños.

He estado aquí durante casi 5 meses. La manera en que me recibieron los niños y el personal fue más de lo que me imaginé. Valoran mucho tener voluntarios y la ayuda que podemos ofrecerles.

La primera semana empecé una rotación en las casas de las niñas para decidir dónde trabajaría el resto del año. Fue una gran manera de conocer a todas las niñas de la casa: pasar el día con ellas, acompañarlas en sus rutinas y actividades. En poco tiempo había creado vínculos con muchas niñas y gradualmente pude conocerlas mejor.

Sin duda, uno de mis mejores días hasta ahora fue cuando les dije a las niñas en mi casa actual que estaría trabajando con ellas todo el año. Estaban emocionadas y me mostraron tanto amor. Fue increíble e inolvidable.

Mi segundo trabajo es trabajar en la clínica como fisioterapeuta, principalmente con los niños, pero también con cualquiera que necesite mis servicios. Es un trabajo que amo. Con mis manos, puedo ayudar a los niños. Desgraciadamente, hay muchos que lo necesitan, pero es muy gratificante ver cómo puedo hacerlos sentir mejor y cómo me lo agradecen con lo poco que tienen.

Uno de mis mayores logros sucedió aquí en la clínica. Había un niño que no podía jugar futbol, que era lo que le gustaba hacer en las tardes. Meses atrás, se había fracturado algunos huesos de su pie. Juntos iniciamos una rehabilitación intensiva con diversos ejercicios. Finalmente llegó el día en que pudo correr y jugar otra vez. Sin duda, cuando lo vi jugando futbol con sus amigos, fue el mejor momento desde que llegué.

Algo más que llama mi atención es que los niños son súper generosos, lo poco que tienen lo comparten con los demás.

Estos últimos 5 meses han volado, pero, al mismo tiempo, han pasado tantas cosas que me hacen sentir como si hubiera estado aquí mi vida entera. Espero que este sentimiento no desaparezca.

Finalmente, espero que mi trabajo y esfuerzo ayuden aunque sea un poco a las niñas y niños que lo necesiten, y que mi contribución pueda crear aunque sea un pequeño cambio en sus vidas.