En Memoria del Padre Philip C. Cleary: Un Legado de Amor y Servicio

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 Con profundo pesar, nos despedimos del Padre Philip C. Cleary, una persona verdaderamente excepcional cuya vida encarnó el amor, la dedicación y el servicio desinteresado. Durante décadas, el Padre Phil, cariñosamente conocido como Padre Felipe, se dedicó a los niños y jóvenes de Nuestros Pequeños Hermanos (NPH), proporcionándoles no solo un hogar, sino también esperanza y propósito.

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4 Nov 2024

Con profundo pesar, nos despedimos del Padre Philip C. Cleary, una persona verdaderamente excepcional cuya vida encarnó el amor, la dedicación y el servicio desinteresado. Durante décadas, el Padre Phil, cariñosamente conocido como Padre Felipe, se dedicó a los niños y jóvenes de Nuestros Pequeños Hermanos (NPH), proporcionándoles no solo un hogar, sino también esperanza y propósito.

El Padre Phil, el segundo de siete hermanos, creció en Chicago, donde fue reconocido por sus logros académicos. Su camino de servicio comenzó como un joven seminarista, asesorando en un orfanato de Chicago y sirviendo como director de dormitorio en un hogar para jóvenes en dificultades. Se graduó de la Universidad Loyola y del seminario arquidiocesano con una licenciatura en psicología y una maestría en teología.

Ordenado en 1979, el Padre Phil sirvió primero en dos parroquias de Chicago. Fue elegido Presidente de la Asociación de Sacerdotes y luego se unió a la Junta Directiva de la Federación Nacional de Consejos de Sacerdotes. Durante este tiempo, conoció NPH y la misión del Padre William B. Wasson. Inicialmente planeaba ser voluntario durante un verano en el hogar principal de NPH, pero rápidamente sintió el llamado a quedarse más allá de su término de tres meses, embarcándose en lo que se convirtió en un compromiso de toda la vida con los niños de NPH.

El Padre Phil sirvió durante muchos años como Director Nacional de NPH México antes de convertirse en Director Ejecutivo de NPH Internacional. Residió en el hogar principal de NPH en Miacatlán, Morelos, México, donde dedicó su vida a la misión de la organización y a los niños que tanto amaba.

En reconocimiento a su dedicación, recibió el Premio Misión de Misericordia por parte de los sacerdotes de Chicago por su trabajo excepcional con jóvenes en dificultades y el Premio al Servicio Comunitario del alcalde de Cuernavaca, México.

Más que un guía espiritual, el Padre Phil fue una fuente de fortaleza y una figura paterna para innumerables niños y jóvenes. Su compasión y compromiso inquebrantable dejaron una huella duradera en todos los que encontraron su camino. Sus palabras de aliento y sabiduría seguirán inspirando a todos los que fueron tocados por su bondad.

Aquellos que tuvieron el honor de conocer al Padre Phil entienden la profunda pérdida que trae su partida, pero también llevan adelante su legado de amor y esperanza. Honremos su memoria apoyando y cuidando a nuestros pequeños como él lo hizo—con corazones abiertos.

Descansa en paz, Padre Phil. Tu luz brilla en los corazones de los pequeños que atesoraste, y tu legado seguirá inspirando a toda la familia NPH por generaciones venideras.