Eliana Mellado es terapeuta ocupacional, chilena, trabajó la mayor parte de su vida, casi veinte años, con niños. También dedicó sus años a la formación profesional universitaria educando a profesores y terapeutas ocupacionales durante quince años.
Desde niña pensó en realizar algún voluntariado para ayudar a aquellas personas que podían verse beneficiadas por un servicio que, de otro modo, no estaría al alcance de sus posibilidades. Luego de estudiar, trabajar y formar su familia, una vez que sus hijos ya habían terminado sus estudios, ella sintió que era el momento apropiado para empezar esta tarea.
“El trabajo voluntario me parece una opción muy interesante ya que no media un interés monetario, sino un auténtico interés de servicio que se desarrolla en libertad. Busqué opciones de voluntariado en mi país, pero todo lo que encontré era para personas jóvenes. En esta búsqueda en línea, di con NPH y postulé para realizar mi voluntariado en República Dominicana”, cuenta.
Eliana iba a viajar en 2020, pero la pandemia se interpuso y, posteriormente, decidió viajar a un lugar más cercano a su natal Chile y así fue como decidió ser voluntaria en NPH Perú. La casa de NPH Perú está ubicada en San Vicente de Cañete, una localidad pequeña y tranquila en la costa del Perú, a 160 km de Lima. Está inmersa en una geografía mayormente desértica, pero por la presencia de ríos cuenta con mucha actividad agrícola de frutas y verduras de estación.
“Cuando llegué al aeropuerto de Lima, fueron a buscarme para traerme a San Vicente de Cañete. Aquí me dieron vivienda dentro de la casa de NPH Perú. Es un amplio espacio que se comparte con otros voluntarios, pero durante mi estadía, me ha tocado estar la mayoría del tiempo sola”, relata. “Desde el primer momento en que fueron a buscarme al aeropuerto sentí que llegaba donde una gran familia. Al llegar a la casa de voluntarios, había un cartel muy lindo que me daba la bienvenida. Me sentí parte de NPH Perú desde ese momento”, recuerda.
Existían ambientes de trabajo destinados a la terapia ocupacional, sin embargo, estas instalaciones estaban en desuso ya que no había habido un terapeuta durante el último tiempo. Cuando Eliana llegó, pidió adaptar y reacomodar estos espacios para que le permitan desarrollar de una mejor manera sus diversas actividades: “Ha habido muy buena disposición desde un inicio para adecuar los ambientes a las necesidades de mi trabajo”.
Las labores que realiza Eliana involucran actualmente terapias individuales para las niñas con discapacidad que viven dentro de la casa y, mayormente, talleres para todos los niños y niñas que desean explorar y desarrollar sus capacidades en diversas disciplinas de arte, manualidades y habilidades para la vida independiente. Los talleres de verano y durante el año lectivo incluyen costura, pintura, manualidades y artes plásticas.
“Mi jornada de voluntariado está parcelada en horarios de atención fijos y horarios un poco más flexibles, ya que en temporada escolar los niños también tienen que destinar su tiempo para cumplir con sus tareas. Por la tarde o noche, una vez que las niñas de turno tarde han regresado del colegio, visito la casa de las niñas menores y realizamos juntas actividades manuales, y luego realizo talleres de pintura y costura con los más grandes”, puntualiza.
“Como no ha habido terapeutas ocupacionales durante mucho tiempo, he tenido muchas oportunidades para organizar mis actividades de la manera que me ha parecido más apropiada y he tratado de adaptarlas en relación a los mejores resultados logrados que he podido notar en los niños”, explica.
El trabajo de Eliana ha estado enfocado especialmente en los niños que se encuentran bajo el sistema de protección, es decir, quienes viven dentro de la casa de NPH Perú. Las terapias individuales y los diversos talleres de arte y manualidades permiten a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes desarrollar sus talentos y habilidades, además, también aprenden técnicas que les servirán a lo largo de su vida.
“Ocasionalmente también he realizado algún aporte a los programas de preparación, especialmente con los niños del programa de estudios superiores, quienes dejan la casa de NPH Perú para iniciar la transición hacia la vida adulta”, cuenta. Y continúa: “Me parece muy destacable que se les ofrezca apoyo más allá de la mayoría de edad a quienes deseen y tengan la capacidad de desarrollar estudios superiores. Pero también es necesario que estos niños aprendan y se familiaricen con las actividades propias de la vida diaria independiente a las que no están acostumbrados al estar la mayor parte de su tiempo dentro de la casa hogar”.
Por otra parte, Eliana también destaca el trabajo realizado en los programas de prevención, como el Programa de Reintegración Familiar Una Familia: “Es notable el compromiso que tienen para reintegrar a los niños con sus sistemas familiares, toda vez que esto sea viable. Y es mejor aún que luego se dé un seguimiento y sesiones de fortalecimiento familiar que ayuden a los procesos de toda la familia”.
Luego de un año de servicio de voluntariado, ella reflexiona y dimensiona el impacto de NPH Perú en la vida de los niños y niñas: “El impacto para cada uno de los niños y niñas es enorme, vital. Estos niños han sido separados de sus sistemas familiares, y se ha generado un modo de vida muy diferente para ellos en una Casa Hogar. Este cambio tan drástico supone muchísimos desafíos para todos los involucrados”.
“Los niños han vivido traumas infantiles y viven en un sistema donde no hay figuras parentales, ni permanentes. En un sistema como este, surgen muchas necesidades psicoemocionales y sociales que NPH intenta satisfacer. Las personas que aquí trabajan son muy entregadas a su labor y la formación humana de los niños es el mayor impacto hacia ellos. Un impacto constante ya que, prácticamente, todos ellos llevan muchos años aquí”, reflexiona.
Sin lugar a dudas NPH Perú cambia la vida no solo de los niños, niñas y jóvenes, sino también de sus familias, de los voluntarios y donantes que se suman a esta causa. ¿Te gustaría ser parte de NPH Perú? Escríbenos para más información.