En 2017, Nuestros Pequeños Hermanos (NPH) El Salvador arrancó el programa ‘‘Centro de Bienestar Infantil’’ (CBI) y, un año después, dio inició a las ‘‘Becas Comunitarias Padre Wasson’’, con las cuales se beneficiaría a 84 niños y niñas para que pudieran recibir educación desde Inicial hasta Noveno Grado.
Sin embargo, más allá de brindar oportunidades académicas, estos programas permitieron que muchas familias tuvieran acceso a otros servicios, dando pie a un desarrollo no solo de los hijos e hijas, sino también de sus padres.
Este fue el caso de Nadine* y su familia.
Actualmente, Nadine cursa el Segundo Grado en el Centro Escolar Católico Nuestros Pequeños Hermanos. Su hermana mayor, Natalia*, y su hermano menor, Naím*, también asisten al Noveno Grado y al CBI, respectivamente.
Gracias a NPH, los tres hermanos reciben: educación, alimentación, atención médica, formación espiritual y, sobre todo, un ambiente seguro que garantiza la tranquilidad de sus padres cada día.
Pero esto no siempre fue así. Antes de ser parte de NPH, los padres de Nadine tuvieron que enfrentar diversas situaciones que les impedían ofrecer a sus hijos el cuidado que necesitaban.
UN DILEMA PATERNAL
Por muchos años, el padre de Nadine, Milton, trabajó en el cuidado de ganado. Salía desde muy temprano cada mañana y regresaba a casa tarde por la noche, sin descanso en los fines de semana; lo que significaba poco o casi nada de tiempo para ver y convivir con su familia.
Además, desafortunadamente, el sueldo que este empleo le ofrecía no era suficiente para cubrir todos los gastos del hogar, por lo que su esposa, Guadalupe, se vio en la necesidad de buscar también un trabajo.
Y, aunque la ayuda económica por parte de la madre fue importante, para las niñas esto supuso ciertas consecuencias.
En ese entonces, Nadine tenía poco menos de dos años, y no existía algún tipo de centro educativo que la acogiera; mientras que Natalia, con diez años, ya asistía a la escuela. Pero sus padres, que debían salir a trabajar y no contaban con el apoyo de algún familiar cercano, tomaron la dura decisión de dejar a Nadine al cuidado de su hermana mayor.
Es así como las dos pequeñas se quedaban solas en casa o, en ocasiones, acompañaban a su papá al trabajo para que, al menos, él pudiera tenerles a la vista.
Sin embargo, Milton y Guadalupe sabían que esta no era una situación justa y se encontraban en un dilema, pues no podían dejar de llevar el sustento a casa, pero tampoco querían que sus hijas perdieran la oportunidad de estudiar y desarrollarse plenamente.
Las opciones parecían agotarse, hasta que NPH apareció en sus vidas.
Con la oferta del programa de ‘‘Becas Comunitarias’’ y ‘‘CBI’’, Nadine y Natalia ahora podían recibir los cuidados y las atenciones que les garantizarían un mejor futuro.
UNA NOTICIA
El tiempo siguió su curso, las niñas crecían sanas y felices en NPH, y sus papás podían partir a trabajar con tranquilidad.
Asimismo, Milton consiguió un nuevo empleo, con el que no solo obtenía un mejor salario, sino que también le concedía más tiempo para disfrutar a su familia.
Pero, en mayo de 2021, cuatro meses después que Guadalupe dio a luz a su tercer hijo (Naím), la empresa en la que ella trabajaba realizó un corte de personal, siendo así despedida.
Este desliz laboral, aunque supuso un inconveniente económico para su familia, le permitió a Guadalupe poder hacerse cargo de su pequeño, en lugar de dejarlo al cuidado de una sobrina.
Fue así como transcurrieron los meses de ese 2021, hasta que llegó diciembre y una trágica noticia rodeó a la familia.
A Guadalupe le detectaron una enfermedad que requería un continuo tratamiento médico, lo que significaba el comienzo de una nueva dinámica familiar.
NPH COMO UNA FAMILIA
Unos meses después de que Guadalupe recibió ese diagnóstico, tuvo que enfrentarse a distintos retos: viajar días completos a otra ciudad para poder recibir el tratamiento adecuado, no poder estar con sus hijos en casa, pedir a una sobrina que recibiera y cuidara a los niños cuando estos llegaban de la escuela, etc.
Y, a pesar de que Milton y Guadalupe no permitieron que esto les impidiera cuidar y proteger a sus hijos, había obstáculos que no podían vencer solos.
Pero en estos momentos cruciales, NPH siempre estuvo para apoyarlos.
Al iniciar el año 2023, Naím fue recibido en el CBI, lo que permitió a la madre tener la tranquilidad de atender su salud, sin descuidar a su bebé.
Asimismo, Nadine comenzó a presentar dificultades académicas, pero gracias al valioso apoyo de sus maestras y, en especial, de la Docente de Apoyo a la Inclusión, el rendimiento de Nadine mejoró.
Esto, sin mencionar las otras áreas (alimentación, salud, psicología, etc.) con las que NPH ha beneficiado no solo a los niños, sino también a los padres y madres; pues ellos reconocen el apoyo económico y el alivio emocional de contar con gente comprometida en el cuidado de sus hijos.
De igual forma, el seguimiento y las visitas del equipo de Trabajo Social han sido un punto clave para garantizar el fortalecimiento familiar.
Incluso, eventos como la celebración de los ‘‘XV Años’’ de Natalia (por parte de NPH) han permitido que la familia cree recuerdos especiales y vínculos más sólidos.
Hoy en día, la salud de Guadalupe ha mejorado y ya no tiene que preocuparse por dejar a sus hijos solos en casa; Milton puede proveer económicamente a su familia; y los tres pequeños: Nadine, Natalia y Naím reciben los cuidados necesarios y, sobre todo, mucho amor para poder ser personas de bien en la sociedad.
Es por esto y más, que ellos han podido encontrar una verdadera familia en NPH El Salvador.