Mi nombre es Yasser* tengo 17 años de edad. Soy parte de la familia NPH República Dominicana y para mi es un gusto contarles mi experiencia vivida.
Llegué a NPH en el 2006 con un año de edad, lo que significa que actualmente tengo 16 años aquí en NPH. Ingresé solo, fui creciendo sin saber nada de mi familia. A veces me sentía solo y triste, esa es la verdad.
Sin embargo, en una plática que tuve con trabajo social les comenté que yo no tenía familia y que, para mí, ellos estaban muertos. La encargada me comentó que todavía había esperanza, que no me preocupara, que había oportunidad para encontrarlos. Luego de un tiempo fui a preguntarle a la encargada del departamento de trabajo social de cómo iba el proceso que ella me había comentado, pues habían obtenido un contacto, pero que estaba a la espera de una respuesta. A los meses, cuando me comentó que logró comunicarse con mi mamá solo dije: ‘’Gracias Dios, gracias’’. Porque muy internamente siempre tuve el deseo de conocer y convivir con mi familia de sangre.
Luego mi mamá vino a visitar de sorpresa. La primera vez que la vi, pude identificar que era mi madre y lloré de la emoción e inmediatamente fui a abrazarla. Al conversar con ella me enteré que tengo 7 hermanos, y actualmente ya he tenido la oportunidad de conocerlos y convivir. Tengo la oportunidad de compartir en las vacaciones y en los días de visita que se realizan cada tres meses aquí en NPH. Para mí esa ha sido una linda experiencia, ya que años atrás estos días para mi fueron de tristeza y hoy puedo disfrutar con cada uno de ellos.
Una de mis metas a corto plazo con respecto a mi familia, es poder convivir con ellos un año completo y más adelante en el futuro poder terminar mi pregrado para poder ayudar a mi mamá.
Le agradezco a NPH por todo lo que ha hecho por mí.