La iniciativa de educación y desarrollo de NPH ha sido un pilar fundamental, durante décadas, para impactar la vida de cientos de niños y jóvenes en nueve países de Latinoamérica. Se compone de dos programas fundamentales: Educación y Estimulación Infantil Temprana, así como también, el Programa de Educación Formal. Estos programas de educación y estimulación infantil benefician la población de 0-5 años de edad, y los programas de educación formal, mismos que incluyen programas de becas, benefician personas de 6-18 años. Actualmente NPH cuenta con un total de 28 programas desplegados estratégicamente para atender las necesidades locales de cada país. Digyana Hernández, Coordinadora de esta iniciativa, nos comparte su entusiasmo después de 7 meses en el cargo y 25 años siendo parte de la familia NPH, mencionando que ‘’a través de esta iniciativa, se hace un llamado a la acción fuerte y claro: plantear nuevos objetivos en la educación para transformar los desafíos de la niñez y la juventud en oportunidades’’.
El reciente Primer Encuentro Internacional organizado por los líderes de esta iniciativa llevó por nombre: ‘’El liderazgo docente en la transformación y mejora educativa frente a los retos actuales’’, y sin duda, marca un hito importante en la misión de NPH; lograr acceso educativo para aquellos a quienes se les ha limitado en la sociedad. Este evento reunió a un equipo de 50 personas, de seis países. Sin embargo, la labor en los salones de clases es un trabajo en conjunto con un equipo multidisciplinario, incluyendo psicólogos y trabajadores sociales, todos enfocados en fortalecer la educación en línea con los valores de NPH.
‘’Trabajar en NPH es como un imán del corazón. No solo somos maestros, sino que también nos convertimos en amigos y familia de todos los beneficiarios. Las familias necesitan ser guiadas para asegurarnos que este proceso académico se está llevando a cabo de una forma integral, y el hecho de encontrarme aquí con colegas de diferentes países y palpar que tenemos realidades parecidas es un medio para unificar ideas y que nos permite crear un proyecto educativo que se convierte en un modelo para replicar’’, comenta Karen de Figueroa, directora de la Escuela de NPH El Salvador. Por otro lado, Julio Césas Tzirín, director del Centro de Educación Básica en Guatemala, agregó que ‘’compartir con todo el personal pedagógico ha sido una experiencia enriquecedora. Todos coincidimos en que queremos prepararnos y mejorar nuestro sistema de trabajo, pues la educación va más allá de tener una buena estructura física, es hacer que nuestros niños sientan que estos son espacios seguros y llenos de amor. Con este encuentro me llevo mucha motivación y la experiencia de haber escuchado a los demás. Me alegra saber que no estamos aislados, que realmente somos líderes comprometidos, trabajando en conjunto por los mismos desafíos’’.
El liderazgo docente se presenta como una herramienta clave en la transformación y mejora educativa, orientado hacia la comprensión de que el trabajo se centra en el niño y su familia. Es por ello que en este espacio se desarrollaron capacitaciones, espacios para la discusión de estrategias innovadoras y además, se contó con la participación de varios ponentes, expertos en temas académicos para fortalecer las metodologías implementadas por NPH, mismas que están respondiendo efectivamente a las necesidades y desafíos socioculturales. También se abordaron temas cruciales como la gestión de emociones, liderazgo, trabajo en equipo y por supuesto, la filosofía de NPH, misma que es una herencia del fundador organizacional, el p. William Wasson.
Como coordinadora, Digyana Hernández visualiza un equipo que desarrolle aún más el área educativa y que fortalezca los procesos que se han ejecutado durante los últimos 70 años, trabajando de la mano con todos los que integran esta iniciativa apuntando hacia una misma dirección. ‘’NPH aborda múltiples desafíos, desde la pobreza hasta problemas intrafamiliares y migración, mediante 28 programas en la región. Nuestra población es diversa e incluso atendemos al sector discapacidad, pues nuestro objetivo siempre ha sido, y sigue siendo, prevenir que los derechos de los niños y la juventud sean violentados y que así mismo, sean agentes de cambio para la sociedad. Las fortalezas de NPH radican en sus equipos altamente capacitados y por supuesto, en contar con los recursos necesarios, mismos que son proporcionados gracias a la red de donantes y padrinos. El impacto que se logra en cada vida es significativo’’, concluye Digyana.
Definitivamente, la labor de NPH no solo se limita a brindar educación, sino que busca transformar vidas y comunidades enteras. El llamado es a unirse a esta noble misión, donde la vida de los beneficiarios y su entorno cambia para siempre cada vez que se les abre la puerta para tener acceso a la educación.
Gracias al apoyo continuo de personas generosas, NPH sigue creciendo y brindando oportunidades a niños, niñas y jóvenes de Latinoamérica. ¿Te gustaría formar parte de nuestra gran familia? ¡Haz tu donativo hoy!