Los retos que voy venciendo

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Conozcamos a Marisela*. Ella es una joven de 18 años de edad, actualmente es beneficiara de Nuestros Pequeños Hermanos Bolivia y está por transicionar al proyecto de profesionalización para mudarse a la ciudad y continuar con sus estudios superiores. 

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9 Feb 2024

Portachuelo, Santa Cruz, Bolivia – Nuestros Pequeños Hermanos trabaja atendiendo las necesidades de los niños, niñas y adolescentes para la restitución de sus derechos. 

Conozcamos a Marisela*. Ella es una joven de 18 años de edad, actualmente es beneficiara de Nuestros Pequeños Hermanos Bolivia y está por transicionar al proyecto de profesionalización para mudarse a la ciudad y continuar con sus estudios superiores. 

“La sociedad afuera de nuestro hogar es muy diferente, para mí, es lleno de retos, mismos que voy venciendo día tras día”, dijo Maricela a través de una carta que leyó después de la celebración de la bendición de su casa. 

A ella le gusta mucho emprender y trabajar, y paralelo a sus estudios ha tenido algunos empleos esporádicos de medio tiempo, gracias a las habilidades que aprendió en NPH, como por ejemplo, la panadería. 

Marisela llegó a la fundación a la edad de nueve años, en el 2014, acompañada por sus hermanos Maritza* y Mauro*, ingresados debido a riesgo social. “Cuando llegué, pasé muchos días llorando, porque extrañaba a mi casa, también me afectó mucho la separación de mis hermanos, porque nos separaron por distintas casas, pero con el tiempo me fui adaptando poco a poco y tuve amigos que me apoyaron. Hubo algunas peleas, que son normales, pero al final me adapté”, recuerda con una sonrisa tímida. 

Ella ya está por terminar el bachillerato. Actualmente cursa 5° y 6° de secundaria en el Centro de Educación Alternativa, y es una estudiante muy destacada, como lo fue desde que se interesó por el estudio. ‘’Llegar a NPH me cambió mucho la vida, yo era pobre, estaba en el colegio, pero, aún con nueve años no sabía ni leer, ni escribir. Me empezó a gustar el estudio y comencé a esforzarme más, llegando a ser una de las mejores de mi curso. Mis materias favoritas, y en las que más destaco, son artes y educación física. Ambiciono a terminar el bachillerato como la mejor graduada de mi generación y obtener el incentivo a la excelencia, mismo que me permitiría obtener la beca estándar en Bolivia para estudiantes de último año’’, agrega Marisela. Es notorio el sentimiento de compromiso que ella tiene para con NPH, y en sus palabras, siente que: “no quiere defraudar a la fundación”. 

“Mi objetivo durante mis estudios siempre fue terminar el colegio con buenas notas, y hasta ahora va bien. No estoy en primer lugar, pero mis notas son buenas, y como ya estoy en la promoción siento algo de entusiasmo, pero también miedo. Me veo en la universidad, quiero estudiar contaduría pública, aunque nada está dicho, aún tengo las opciones abiertas”, opina la beneficiaria. 

Marisela, se prepara para asumir nuevos retos, una nueva ciudad y un nuevo estilo de vida en el proyecto de profesionalización de la iniciativa de educación y desarrollo, pues es a través de esta que NPH Bolivia busca empoderarla y facilitarle este proceso, como lo hizo trabajando conjuntamente para la elaboración de su plan de desarrollo individual. Así como también, con la consejería de orientación vocacional y actualmente con el programa de educación formal y también con su hermana Maritza; quien ya se encuentra en etapa de profesionalización; y también como lo hace con su pequeño hermano Mauro, quien se encuentra en cuidado residencial. De esta manera podrán cumplir sus metas, sueños y se convertirán en miembros productivos de la sociedad. 

“Nos veo con orgullo a todas nosotras, mis hermanas de casa, el esfuerzo que le ponemos para aprovechar todo lo que se nos presenta y para vencer los obstáculos. Doy gracias a Dios, gracias al padre William, fundador de este hogar y gracias a todos los que hacen posible que NPH, mi casa, siga adelante, apoyándonos para que logremos realizar nuestros sueños”, culmina Marisela.