Las consecuencias de la pobreza en El Salvador alcanzan un sinfín de situaciones que llevan a las familias salvadoreñas a padecer múltiples problemas como la malnutrición, analfabetismo, deserción escolar, entre otros. En búsqueda de la raíz del problema, las investigaciones concluyen que dicha situación se debe a la falta de acceso a la educación. La mayoría de personas en la zona rural del país no cuentan con los canales que les permita tener acceso a un académico o a terminar sus estudios. Es debido a esto que no pueden aplicar a trabajos dignos y es cuando reaparece el interminable ciclo de pobreza en el que han nacido.
Los resultados de una investigación realizada por la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) en el año 2022 destacan que “la pobreza está fuertemente vinculada al bajo nivel educativo. Mientras entre las personas de 25 años que no han terminado la educación primaria la pobreza asciende al 37%, entre los que no han terminado la educación secundaria es del 16%. Y si tienen algún año de universidad, la pobreza desciende al 5%’’. Esta información fue investigada en familias en zonas rurales de El Salvador.
Por ende, es importante que localmente existan medios que busquen brindar educación adecuada para personas que tengan la necesidad. Es por ello que Nuestros Pequeños Hermanos El Salvador (NPH El Salvador), apoya a familias de comunidades vulnerables en la ciudad de Santa Ana.
NPH El Salvador cambia vidas con sus programas educativos
En el contexto de la situación de pobreza por falta de acceso a la educación en El Salvador, Nuestros Pequeños Hermanos brinda educación de calidad para la niñez y juventud en situación de vulnerabilidad. De esta manera, adquieren las herramientas adecuadas para que puedan descubrir sus habilidades y desarrollarse plenamente. Es por eso que, en el año 2017, se inician diversos programas educativos, iniciando con el Centro de Bienestar Infantil (CBI).
El CBI brinda educación inicial a niños y niñas de ocho meses hasta los seis años de edad. Bajo esta metodología los beneficiarios aprenden las bases de la educación para posteriormente pasar al siguiente programa educativo, las Becas Comunitarias Padre Wasson (BCPW).
Las BCPW abarcan un ciclo académico de primero a noveno grado, mismo en el que asisten de lunes a viernes a las instalaciones de la escuela de NPH. Todos los participantes en este programa enfrentan alguna situación de vulnerabilidad que no les permitiría tener acceso a la formación escolar sin el apoyo de NPH. Esta oportunidad les permite a los beneficiarios contar con la capacidad para construir un mejor futuro para ellos, sus familias y sus comunidades.
Familias que escriben una nueva historia
Una de las familias beneficiarias de los programas educativos que ofrece NPH, es la familia Torres. La señora Wendy Magaly, madre de familia, es un referente de lucha a la que NPH brinda apoyo. El padre es jornalero y la madre es ama de casa, misma que eventualmente ayuda en trabajos de siembra. Esta pareja tiene 5 hijos, de los cuales 3 hijas asisten a la escuela de NPH El Salvador. Ellas son: Mayte* que tiene 8 años y cursa tercer grado, María* está en el noveno grado teniendo16 años, y Sara* quien a los 18 años estudia en el octavo grado. Las tres hermanas reciben diferentes beneficios en el programa del que forman parte, y éste se les brinda con la finalidad de que en algún momento cumplan sus metas y sueños.
La beca que las participantes reciben incluye útiles escolares, uniformes, alimentación (desayuno, almuerzo y dos refrigerios al día), atención médica básica y atención psicológica. Todo esto es gracias al financiamiento de múltiples padrinos de la causa que generosamente se desprenden de sus recursos para ayudar a que otros puedan seguir preparándose para una exitosa vida independiente.
El impacto de NPH
La señora Wendy Magaly asegura que la oportunidad que NPH le brinda a sus hijas es única y que ellas esperan poder aprovecharla. Además, manifiesta su agradecimiento a Dios por la labor de NPH, por la educación y el cuidado de calidad que brindan a sus hijas. También, destaca que ellas son beneficiarias de la atención médica que en ningún otro lugar tendrían. “Algo importante, es que después del estudio, ellas reciben sus talleres, y esto les ayuda bastante a mis hijas. Somos una familia muy pobre y gracias a Dios nos han abierto las puertas de NPH’’, afirmó Wendy.
La historia de la familia Torres es un ejemplo de superación, y sin duda, también un ejemplo acerca de cómo NPH se enfrenta con las consecuencias de la pobreza en El Salvador. Las familias de El Salvador realmente necesitan romper el ciclo de pobreza en el que se encuentran y ciertamente, una manera de hacerlo, es recurriendo a alternativas como las que ofrece NPH. Definitivamente, Nuestros Pequeños Hermanos continúa el legado del Fundador, Padre William Wasson. Él aseguraba: “la educación sacará a mis hijos de la pobreza en la que han nacido’’, y es a través de diversas iniciativas que NPH continúa impulsando a sus beneficiarios.
Aún hay mucho por hacer, y es por eso que le invitamos a conocer más sobre los diversos programas en www.nph.org/el-salvador. ¡Juntos podemos hacer grandes cambios para las familias salvadoreñas!
*Nombres cambiados por razones de privacidad.