EL DERECHO A LA EDUCACIÓN INTEGRAL
La Ley General de Educación de El Salvador establece en su Artículo 1 que ‘‘la educación es un proceso de formación permanente, personal, cívico, moral, cultural y social que se fundamenta en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus valores, de sus derechos y de sus deberes.’’
Por lo tanto, de lo anterior se puede decir que la educación debe ir más allá de los conocimientos básicos como aprender a leer o escribir. La educación, en cambio, debe ser un proceso continuo con función social que prepare intelectualmente a los niños y niñas para ser personas exitosas, pero especialmente, que les permita desarrollar valores humanos para servir con integridad a sus comunidades. Es por eso que Nuestros Pequeños Hermanos (NPH) El Salvador promueve incansablemente ese derecho, acompañado de la visión del fundador, Padre William Wasson, quien siempre creyó fielmente que la educación es la herramienta clave para que sus hijos logren salir de la pobreza en la que nacieron.
NPH además de ser un centro de acogimiento residencial para niños y niñas en situaciones vulnerables, ofrece, desde sus inicios, servicios educativos para su población interna; y estos fueron expandidos hacia comunidades externas en el año 2018, cuando se aperturó el ‘‘Programa de Becas Comunitarias Padre Wasson’’. Es así que, al cierre del año 2023, NPH El Salvador logró ofrecer: Educación Inicial, Educación Parvularia, Educación Básica Primaria y Educación Básica Secundaria a 193 estudiantes.
LA SOBREEDAD EN EL SALVADOR
Aunque existen diversos obstáculos que impiden a la niñez salvadoreña lograr el éxito académico, uno de los fenómenos que ha cobrado auge cada vez más es el de la ‘‘sobreedad’’. Este término se refiere a los estudiantes que tienen mayor edad (uno o más años) de la correspondiente al ciclo escolar que están cursando. Por ejemplo, se considera alumno con sobreedad a alguien que, teniendo 15 años, estudia el séptimo grado, ya que, según lo estipulado, debería cursar el noveno grado.
Las causas de este desfase cronológico varían entre: ingresos tardíos, repetición de grados y deserción escolar. Las últimas cifras publicadas por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología (MINEDUCYT), en el año 2021, indican que el 43.9% de los estudiantes de Educación Básica tiene sobreedad. Sin embargo, aunque no se trata de un fenómeno educativo reciente, sigue siendo estudiado para ser erradicado con las herramientas oportunas, particularmente, tras la crisis ocasionada por la pandemia del COVID-19 y la nueva era tecnológica que vive la sociedad actual.
Por otro lado, lo que sí queda claro es que la sobreedad produce consecuencias no solo en el plano intelectual, sino también a nivel emocional, pues existe una brecha entre el niño o niña con sobreedad y sus compañeros de clases: los gustos y sentimientos son distintos y, por lo tanto, la convivencia se puede tornar áspera. Además, en el caso de los niños o, incluso, de los adultos que se reincorporan a la actividad escolar luego de un largo tiempo, existen retos culturales como: generar hábitos de estudio, comprender la importancia de la educación o seguir las normas de convivencia moral y cívica.
NPH EL SALVADOR COMO ORGANISMO DE PROTECCIÓN
En 1999, cuando NPH El Salvador abrió las puertas a la niñez, adolescencia y juventud salvadoreña tuvo que enfrentarse al reto de suplir las necesidades educativas de su población. Y un factor que muchos niños y niñas compartían era el de la sobreedad.
Para tratar de brindar la educación oportuna, cada estudiante era evaluado y agrupado según sus conocimientos académicos, por lo que habían niños de distintas edades en el mismo nivel escolar. Además, se implementó el recurso de Docente de Aula de Apoyo (ahora conocido como Docente de Apoyo a la Inclusión o, por sus siglas, DAI) con el que se equilibraban los aprendizajes de cada alumno, para evitar el mayor retraso posible.
Con el paso del tiempo, cada grado, desde parvularia a noveno, ha logrado estabilizarse. No obstante, a pesar de ser una institución educativa reconocida por el gobierno, el centro escolar de NPH El Salvador no puede acreditar por sí solo a los alumnos para que avancen de etapa académica, pero sí puede hacerlo con el apoyo del Ministerio de Educación (MINED).
ALTERNATIVAS PARA LA PROMOCIÓN EDUCATIVA
Desde el año 2005, el MINED desarrolla un programa llamado ‘‘Modalidades Flexibles’’, que ofrece distintas opciones para completar los estudios. Estas son: Modalidad Acelerada, Modalidad Semipresencial, Modalidad a Distancia, Modalidad Nocturna, Bachillerato Virtual y Prueba de Suficiencia. Siendo este último, el recurso que más ha ayudado a los estudiantes de NPH El Salvador.
La Prueba de Suficiencia consiste en un examen aplicado a todos aquellos con sobreedad que tienen interés de acreditar sus estudios desde Educación Básica hasta 2° año de Bachillerato. En esta prueba se evalúan las cuatro asignaturas básicas: Matemáticas, Estudios Sociales, Ciencias y Lenguaje y Literatura. Tiene un tiempo de aplicación de cuatro a cinco horas y la nota mínima para aprobar es de 5.0 para Educación Básica, y 6.0 para Educación Media.
Es así como todos los niños y niñas que deseen nivelarse son apoyados por sus maestros para estudiar el material que será evaluado en dicho examen y, luego de seguir el debido proceso de inscripción y aplicación, pasan inmediatamente al nuevo grado aprobado.
UNA HISTORIA DE ÉXITO
Gracias a NPH El Salvador, muchos estudiantes han alcanzado sus metas académicas y son prueba de que la perseverancia es el camino hacia el éxito.
Este es el caso de Elías*, quien a sus 12 años finalizó sus estudios de cuarto grado, y gracias a la Prueba de Suficiencia, podrá cursar el sexto grado. Él cuenta que su desfase se debió a que dejó de estudiar por dos años tras sufrir bullying en su antigua escuela, pero desde el 2023, NPH ha sido un gran apoyo en su vida.
Elías* tuvo que tomar el examen en tres ocasiones, ya que se le dificultaba la materia de Matemática, pero el pasado mes de noviembre aplicó nuevamente y recibió la buena nueva de que había aprobado.
‘‘La verdad me sentí desanimado de tener que intentarlo tres veces, pero mi familia siempre me decía que lo hiciera porque era para mi bien. Y esta es una gran oportunidad que nos da NPH’’, menciona Elías*, quien ahora se enfrenta a la nueva perspectiva de estar en un grado más avanzado, pero siempre mantiene su buen ánimo y su deseo por salir adelante.
‘‘Me siento un poco mal de ya no pasar tanto tiempo con mis compañeros de cuarto grado, pero siento ese alivio de ya no estar en un grado donde uno se siente como un niño chiquito’’.
Historias como la de *Elías plasman el esmero de NPH El Salvador por cumplir la visión del Padre Wasson de ayudar a los niños a través de la educación, potenciando sus habilidades y talentos.
Asimismo, la sobreedad es solo uno de los múltiples retos que enfrenta la niñez, adolescencia y juventud salvadoreña, pero seguirlos apoyando a cumplir sus sueños es posible gracias a tu ayuda.
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