La resiliencia de una psicóloga

Subtitle Text Area

Soy psicóloga del equipo de técnico de NPH Bolivia, del programa One Family. Soy parte de todo el proceso de reintegración, mi área, el área psicológica se encarga de realizar un diagnóstico familiar, impulsar la reintegración y hacer un acompañamiento para fortalecer a las familias. 

Subtitle Image Area

29 Abr 2024

San Ignacio del Sara, Bolivia | Vanessa Román, psicóloga del equipo técnico de NPH Bolivia, comparte su aprendizaje, experiencia y valores que la motivan. 

Soy psicóloga del equipo de técnico de NPH Bolivia, del programa One Family. Soy parte de todo el proceso de reintegración, mi área, el área psicológica se encarga de realizar un diagnóstico familiar, impulsar la reintegración y hacer un acompañamiento para fortalecer a las familias. 

La interacción con las familias y toda la intervención que realizamos por el bien de los niños, niñas y adolescentes, es un trabajo arduo y en algunas ocasiones muy largo. Sin embargo, cuando ves que el niño o niña se está adaptando a su familia, que está fluyendo, que se siente feliz, se siente con una identidad, realmente es satisfactorio. 

Normalmente el equipo técnico hace un “primer acercamiento” y después de toda una serie de investigación, se realiza la asistencia de los niños o niñas, para que conozcan a su familia. Tengo muchas historias lindas de familias que se reencuentran, todas te conmueven, pero, hubo un caso en particular. Se trata de dos hermanitas que descubrieron a su familia, una familia muy grande; al darse cuenta ellas que tantas personas las estaban esperando noté un cambio, ¡vi un cambio ambas! En una más que la otra, vi una sonrisa, vi que estaba a gusto, estaba motivada, se dejaban abrazar, cosa que no siempre sucede. Justamente fue el cumpleaños de una de ellas, entonces, fue muy lindo ver a su familia reunida para compartir ese momento. Para mí fue motivador y es el por qué de mi trabajo. 

Adoro recordar estas historias, otro caso, es de un niño de dos años que se logró reintegrar con sus abuelitos. Yo noté que tuvo un cambio muy palpable, pasé de verlo tan pequeño y poco estimulado por la separación de su familia de origen, a verlo más adaptado a su familia, su lenguaje, su capacidad social evolucionó, a los tres/cuatro meses de la reintegración, ya te saluda, te sonríe. Me emocionó ver ese cambio. Como psicología era consiente que acorde a su edad, el niño ya tenía que tener ciertas habilidades, le faltaba ser más estimulado y esta estimulación se la dio su hogar, su familia.  

Siempre he dicho: Todas las familias son dinámicas, a veces están bien y a veces están mal. Es parte de mi trabajo acompañar a las familias en situaciones muy complicadas que les toca afrontar. Antes y después de la reintegración todo lo que implica la parte emocional de ciertas crisis. Manejar y acompañar durante estos momentos, es complicado, toca mantenerse objetivo y ser resiliente, para enseñarles también a las familias a ser resilientes, y a levantarse. 

La idea de todo esto es la reintegración, que las familias estén fortalecidas, que ellas puedan por sí mismas, porque habrá un momento donde el equipo técnico ya no les hará l acompañamiento y van a quedar con todas las herramientas para afrontar cualquier situación que se presente en su vida, porque ellas pueden. 

Trabajar en NPH de alguna forma me ha hecho despertar en lo valioso que es la familia para un niño o niña, la importancia de valores que quizá uno da por sentado. Desde el día uno, la búsqueda de familias, porque llega un caso de un niño o niña “sin familia”, tienes que empezar a buscar, con la ilusión de que vas a encontrarlos. Cuando “encuentras a la familia”, tener la esperanza que exista una aceptación mutua, de ahí para adelante mucha perseverancia en todo el proceso, y no menos importante, resiliencia, mismo que es un factor muy importante. 

Yo aprendo de las familias, así como también ellos indican aprender de nosotros; como toda persona y toda familia, estamos expuestos a muchas adversidades de la vida, situaciones complejas que de no ser fuertes y con la mira hacia adelante no podríamos enfrentarlas, no seríamos resilientes. 

Creo que la reintegración familiar es una respuesta para que los niños y niñas puedan ejercer su derecho a vivir en familia. En verdad tienen todo el derecho de hacerlo y también porque nadie puede suplir el amor e identidad que su familia les puede brindar, ellos lo necesitan. Es primordial promover, incentivar e impulsar las reintegraciones familiares, no es fácil, es un camino largo en algunos casos, entonces, paso a paso, logramos sanar las heridas.  

Estoy convencida que la iniciativa de fortalecimiento familiar y comunitario responde a la problemática del abandono de la niñez y adolescencia. Si hay familias fortalecidas, vamos a evitar la separación del seno familiar que es muy duro para un niño, niña o adolescente. Nos permite enseñar y ayudar a desarrollar a las familias ciertas habilidades para dar esas herramientas a los niños y niñas, creando ambientes protectores, positivos donde puedan crecer.