Me llamo Débora Nicole Lico Pérez, tengo 15 años y vivo en Parramos, Chimaltenango, junto a mi familia, la cual incluye a dos hermanos menores. Antes de ingresar a NPH, mi vida transcurría principalmente en casa, ya que aún era muy joven. Inicié mi trayectoria educativa en NPH Guatemala en 2014, en pre-primaria. Recuerdo claramente que, desde el comienzo, mis maestras fueron excepcionalmente amables y cariñosas, inculcándome los valores y principios fundamentales de NPH.
Actualmente, ocupo el rol de estudiante de segundo básico en NPH Guatemala, una institución que destaca por su enfoque en la enseñanza de valores cristianos. Asistimos a misa una vez al mes, lo cual contribuye al crecimiento de nuestra fe. La calidad educativa, tanto en primaria como en básico, es sobresaliente, y los maestros siempre hacen hincapié en la importancia de los valores en nuestra formación. Mi materia favorita es comunicación y lenguaje. Los profesores, siempre están dispuestos a ayudar, explican los temas de manera clara, permitiéndome plantear preguntas y recibir respuestas detalladas. Además, en NPH no nos limitamos a la escritura; participamos en diversas actividades que enriquecen nuestro aprendizaje.
En mi tiempo libre, disfruto escuchando música y aspiraría a mejorar mis habilidades culinarias para alcanzar la independencia. Después de la escuela, dedico tiempo al almuerzo, ordeno mi habitación, descanso y, posteriormente, me concentro en mis deberes escolares. Practico deporte casi a diario y, ocasionalmente, colaboro como asistente en clases dominicales en la iglesia de Parramos. Mi sueño es dirigir un hotel, y estoy dispuesta a esforzarme al máximo para lograrlo. Considero crucial estudiar con dedicación y mantener mi enfoque en la educación para alcanzar mis metas.
En NPH, he experimentado un notable crecimiento en mi confianza personal. El programa de empoderamiento juvenil me ha enseñado a valorar la diversidad, reconociendo las fortalezas y debilidades individuales. Siendo una persona naturalmente tímida, la experiencia en NPH me ha ayudado a desarrollar una mayor seguridad en mí misma.
Hace algunos años, asistí a una escuela en Parramos durante un año, donde enfrenté acoso escolar y obtuve malas calificaciones. Mis padres, al darse cuenta de la situación, decidieron traerme de regreso a NPH Guatemala, una decisión de la que estoy enormemente agradecida. Aquí me siento cómoda y segura; NPH se ha convertido en mi segunda casa, y llevo nueve años formando parte de esta gran familia.
Mi ejemplo a seguir es mi madre, quien siempre me brinda apoyo, me enseña sobre el carácter, fomenta mi autoestima y a quien amo profundamente.
Expreso mi gratitud hacia NPH por el apoyo constante que me brinda para convertirme en la persona que anhelo ser. Aquí, puedo ser genuinamente yo misma y tengo la oportunidad de recibir una educación de calidad que moldeará mi futuro de manera positiva.