Hola a todos, mi nombre es Patricio Allenal tengo 5 años de edad. Soy parte de esta gran familia NPH República Dominicana y para mí es un placer contar mi historia.
Llegué a NPH el 26 de junio del 2022, apenas tengo un año en NPH, y pertenezco a casa San Marcos, ya que es la casa encargada de acogida y cuidado a los niños con una discapacidad. Antes de llegar a NPH fui rescatado de un hospital en Santo Domingo llamado Robert Reíd Cabral por CONANI (Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia) y llevado a los Angelitos, un hogar de acogida. Según la información recibida de CONANI, fui llevado por mi padre al hospital con diferentes traumas en el cuerpo, inmediatamente llegué, fui evaluado por una ortopedia encontrándome fracturas de 1/3 distal de fémur derecho, permaneciendo en el hospital un mes y diecisiete días en total.
Cabe destacar que mi padre nunca regresó al hospital, dejándome en estado de abandono. Luego de mejorar mi estado de salud, la dirección del hospital le pidió a CONANI su protección para mi cuidado, ya que no fui reclamado por ninguna familia.
Al momento de mi llegada a NPH fui evaluado por el médico del hogar quien me diagnosticó que había recibido múltiples traumas en el fémur derecho, retraso psicomotor activo no comunicativo, piel reseca y varias caries dentales. Además, cuando llegué ni siquiera podía mantenerme sentado, no movilizaba los miembros superiores e inferiores, no adoptaba la posición de cúbito lateral y lloraba constantemente a la hora de vestirme o movilizarme. También presento posible parálisis cerebral infantil, disartria (afección en la cual tengo dificultad para decir las palabras debido a problemas con los músculos que me ayudan a hablar), retraso psicomotor severo y estrabismo. Por lo que he estado sometido a constantes estimulaciones por parte de la fisioterapeuta.
Sin embargo, hoy en día soy muy sonriente, divertido y alegre. Gracias a NPH he podido lograr mantenerme sentado en una silla y en el coche, así mismo puedo trasladarme arrastrado de un lugar a otro y mover mi silla de rueda con una mano (la más funcional). Igualmente sostengo objetos pequeños con mis manos, en mis terapias me estimulan el agarre de la cuchara y vaso para que pueda comer sin ayuda de la cuidadora. Además, he aprendido a obedecer órdenes sencillas como: sube y baja las manos, agarra tal objeto y volteo al escuchar mi nombre.
Para mí lo mejor es poder escuchar música y bailar, con eso soy totalmente feliz. Por otra parte, muestro apego a mis cuidadoras y compañeritos. También, trato de comunicarme verbalmente, sin embargo, no se me entiende todo lo que intento decir.
En el tiempo que llevo en NPH he aprendido a identificar palabras tan simples como ‘’si’’ y ‘’no’’, a llamar a los cercanos, e incluso a algunos por su nombre, a decir ‘’buenos días’’, a responder a un: ‘’¿cómo estás?’’, entre otras palabras.
Además, soy muy bueno para consumir alimentos líquidos y sólidos, soy de muy buen comer, tengo un correcto patrón de sueño: duermo toda la noche y regularmente duermo la siesta durante la tarde.
Gracias a las terapías (física, ocupacional y acuática), puedo continuar fortaleciendo los avances logrados y obtener nuevos retos para enfrentar. A pesar de mi condición, asisto a la escuela dos veces a la semana a modo de reintegración, actividad que me gusta bastante.
Este es un texto que escribo como cuidadora de Patricio, en su nombre, ya que no puede comunicarse con nosotros verbalmente debido a su discapacidad, pero estamos seguros de que con la alegría que permanece en su rostro, sus gestos y comportamiento en general, nos muestra lo feliz que él está.
¡Patricio es un vivo ejemplo y nos ha enseñado que si lo quieres, puedes lograrlo!
¿Te gustaría seguir viendo otras historias similares a la de Patricio y apoyar a la causa?
*Este testimonio ha sido escrito con el apoyo del educador personal del niño.