La búsqueda de una oportunidad

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A sus 15 años, Abigail* desea convertirse en una gran enfermera. Pero sabe que, para poder hacerlo, debe superar distintos retos académicos, tal como lo ha hecho desde sus primeros pasos.

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Abigail* es una estudiante de 15 años que acaba de finalizar el Octavo Grado en el C.E.C. de Nuestros Pequeños Hermanos (NPH) El Salvador. 

Siendo la penúltima de 10 hermanos, es la primera en su familia con la oportunidad de estudiar más allá del Sexto Grado; y el poder romper esta brecha educativa generacional ha sido posible gracias a la ayuda de NPH. 

De acuerdo con la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2022, la escolaridad promedio a nivel nacional fue de 7.2 grados. Es decir que el máximo nivel académico al que la mayoría de los salvadoreños lograron llegar fue el Séptimo Grado. 

En consecuencia, casos como el de Abigail* y su familia son muy comunes en el país; sin embargo, lo que marca la diferencia es el apoyo que cada niño y niña recibe, tanto dentro como fuera de su núcleo familiar, para poder continuar su educación. 

UN PEQUEÑO GRAN POTENCIAL 

Antes de ingresar a NPH, Abigail* asistió a un centro escolar cercano a su casa, la cual está ubicada a unos 30 minutos a pie del Hogar Sagrada Familia. 

En esa escuela, la forma de impartir las clases era bastante particular. De entrada, la educación va desde la Parvularia hasta el Sexto Grado. Con dos horarios, uno matutino y uno vespertino, ella acudía por las tardes a recibir sus clases. 

La cantidad de estudiantes que acudían era pequeña; de igual forma, el personal que atendía la escuela consistía en dos maestras y una directora, quienes enseñaban las cuatro materias básicas (Matemáticas, Lenguaje y Literatura, Ciencias Naturales y Estudios Sociales) y, además, Educación Física. 

Solo existían dos salones entre los cuales se distribuían a los alumnos de la siguiente forma: 

-Por la mañana, Parvularia, Primer y Segundo Grado en un mismo salón. Y Tercer Grado en otro. 

-Por la tarde, Cuarto, Quinto y Sexto Grado en un mismo salón. Y los niños de la mañana que tenían un poco de dificultad para el aprendizaje estaban en otro salón. 

Abigail* recuerda que, por momentos, podía haber un poco de caos entre los distintos temas que la maestra explicaba a cada grado. Sin embargo, eso nunca fue impedimento para que ella sobresaliera por sus buenas calificaciones. 

Desde Parvularia, Abigail* fue premiada con el Primer Lugar de la clase y siempre tuvo claro que, a pesar de las precariedades educativas que atravesaba, su deseo era ser una buena estudiante y salir adelante. ‘‘Siempre he querido seguir estudiando porque me gusta y porque pienso que es lo principal para conseguir el éxito’’. 

Por eso, al concluir su Sexto Grado, su maestra vio en ella un potencial que no podía ser descartado. Fue así que, con el apoyo de la directora de la institución, se puso en contacto con Nuestros Pequeños Hermanos para que ella pudiera continuar con su preparación académica. 

‘‘La maestra me decía que veía que podía seguir más allá y que lo hiciera, que ellas me iban a apoyar’’, cuenta Abigail*. 

NPH: UN PUENTE HACIA LA EXCELENCIA 

Luego de realizar las pruebas necesarias para ingresar a NPH, Abigail* emprendió un nuevo camino en el año 2022. 

Ahora, próxima a culminar sus estudios y graduarse del Noveno Grado, ella rememora cómo ha sido la oportunidad de ser parte de la gran familia de NPH: ‘‘Siento que ahora estoy en un nivel más alto de educación. Me siento agradecida porque si no hubiera sido por esa oportunidad, quizás no hubiera podido seguir estudiando. NPH da muchos beneficios y mucha ayuda que le causan a uno mucha felicidad’’. 

Aunque, uno de los retos que tuvo que enfrentar en NPH fue el de recibir más y nuevas materias como Inglés y Computación. ‘‘Al inicio, sentí raro porque no sabía nada de esas materias. Nunca las había recibido. Pero después les fui agarrando el hilo. Y es bonito aprender más materias, saber más que solo lo básico’’. 

Además de su pasión por el estudio, Abigail* practica diferentes pasatiempos como el fútbol y la danza. Y es que en NPH se promueve una educación integral que prepare a los niños y niñas en distintos ámbitos de su vida; una educación que combine lo intelectual con lo cultural, lo espiritual y emocional, de manera que adquieran herramientas que los ayuden a descubrir sus talentos y sus habilidades. 

En los próximos años, Abigail* sueña con prepararse para estudiar el Bachillerato y, luego, cursar la carrera de Enfermería. ‘‘Siento la vocación. Desde que estaba pequeña me gusta ese mundo. No le temía a curar heridas y ayudar a los demás’’. 

Crecer en un ambiente en donde es común la deserción escolar y el trabajo antepuesto a la educación, ha sido un desafío para Abigail*, pero ella está más segura que nunca que el camino que está recorriendo es el correcto. 

‘‘El estudio abre las puertas y uno tiene que seguir. Para ser personas exitosas, el estudio es la primera estación’’. 

Y la realidad es que muchas familias salvadoreñas se enfrentan a la falta de oportunidades para salir adelante. Su deseo y voluntad son grandes, pero sin el apoyo adecuado, sus metas quedan relegadas a simples sueños. 

Por eso, NPH se compromete cada día más, fiel a la visión del Padre William Wasson, a ser agente de cambio, sirviendo a las comunidades y protegiendo a la niñez, adolescencia y juventud latinoamericana. 

¡Sé tú también parte de la transformación de sueños y corazones! 

*Nombre modificado por motivos de privacidad.