Rafael Bermudez llegó a NPH en 1974, con tan solo 5 años, acompañado de sus cinco hermanos. Hoy, después de 20 años como Director de NPH México, su historia es un testimonio de amor, crecimiento y dedicación a la causa que lo vio crecer.
Antes de unirse a la familia de NPH, Rafael formaba parte de una familia extensa, compuesta por seis hermanos y seis hermanas. Provenía de un pequeño pueblo de bajos recursos, lo que marcó su infancia. Era tan pequeño cuando llegó a NPH que no tenía recuerdos claros de su madre biológica. Durante un tiempo, incluso pensó que su hermana mayor, Alicia, era su madre, hasta que un día de visita en NPH, ella le reveló la verdad. Ese momento fue el comienzo de su búsqueda de identidad.
Primera impresión
El primer día de Rafael en NPH fue en la casa de Cuernavaca, donde recibió una evaluación social. Siendo uno de los más pequeños, fue asignado a Casa Colman, donde eran las monjas quienes cuidaban de los niños. Adaptarse fue un proceso difícil para él. Provenía de un entorno rural y pobre, y la grandeza de NPH era algo que lo impactaba, siendo él un niño. No obstante, esa primera impresión fue el comienzo de una relación que ha durado toda una vida.
La Adaptación
Rafael, más conocido dentro de NPH como tío Rafa, enfrentó dificultades para adaptarse, especialmente por la separación de sus hermanos, quienes estaban en diferentes casas de NPH, a kilómetros de distancia. Estaba acostumbrado a estar siempre cerca de ellos, y esa distancia le causó mucho dolor. Sin embargo, con el tiempo, la visión del Padre William Wasson de reunir a toda la familia de NPH en la Casa San Salvador, ubicada en Miacatlán, se materializó, lo que permitió a Rafael y a sus hermanos estar juntos de nuevo y compartir con todos los demás niños y niñas que conformaban la familia NPH.
Un Lugar Seguro y Acojedor
Rafael recuerda con cariño su primera Navidad en NPH. Los cánticos, los juegos, las piñatas y los dulces le mostraron que estaba en un lugar seguro, donde él y sus hermanos eran bienvenidos. Los eventos anuales, como las actividades de Semana Santa y el Día de Todos los Santos, le hicieron sentir parte de una gran familia. NPH, gracias al legado del Padre Wasson, se convirtió en un refugio donde Rafa encontró no solo seguridad, sino también amor y pertenencia.
Recuerdos del Padre Wasson
El Padre William Wasson dejó una huella indeleble en la vida de todos los que lo conocieron pero también en todos los que no también. Su profunda fe era evidente en la forma en que vivía y lideraba. Rafael recuerda especialmente las misas a las cinco de la mañana en Casa Nolan, a las que asistía casi en solitario junto al Padre Wasson. Esas experiencias marcaron su vida, al punto de que aún conserva los objetos utilizados en esas misas, recordatorios de la paz y sencillez que caracterizaban esos momentos.
Además, Bermudez siempre tuvo curiosidad sobre el origen del nombre «Nuestros Pequeños Hermanos». El Padre Wasson le explicó que, aunque fue difícil encontrar un nombre adecuado, quería algo que refleja el espíritu de la organización sin centrar la atención en él. Finalmente, eligió una cita bíblica de Mateo 23:30, y así nació el nombre que hoy tenemos es sinónimo de hogar para miles de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y hasta adultos.
Un Legado Vivo
La visión del Padre Wasson no se limitó a México. Su convicción de que había más niños en el mundo que necesitaban ayuda lo llevó a expandir NPH a otros países como Honduras, Haití y más allá. Con la ayuda de voluntarios comprometidos, como Reinhart y el Padre Rick, NPH se convirtió en una gran familia internacional. Hoy, su legado continúa vivo, guiando a NPH en su misión de brindar amor y cuidado a niños necesitados en todo el mundo.
Rafa, con su historia de vida primero como beneficiario y ahora siendo director nacional de NPH México quiere continuar con ese legado. “Para mi el mayor regalo es acompañar y custodiar a cada uno de los niños y niñas en sus diferentes etapas de vida, verlos graduados de bachillerato y luego verlos convertidos en universitarios, es una gran motivación para continuar con esta misión que el Padre Wasson nos ha encomendado a todos, porque eso era lo que él quería, que seamos una gran familia y consideró que así será por otros 70 años más”, finalizó Bermudez.