Un paso a la comunidad: fortalecimiento familiar a través de la salud

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Verónica Rivera, Coordinadora de Salud, cuenta su transición de trabajar dentro de los predios de NPH Bolivia a trabajar también con las familias de reintegración familiar.

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29 May 2024

Ya va a ser un año de trabajar con las familias en la comunidad, es decir, con las familias que son parte del programa de reintegración familiar.  

Como toda transición o cambio, fue algo complejo, pues el modo de atención se transforma al trabajar con las familias. Con los niños, niñas y adolescentes que están en cuidado residencial es más sencillo; es posible controlarlos, recordarles sus vacunas y supervisar su cuidado. No es así con las familias, su dinámica es diferente.  Surgen imprevistos, olvidos, quizá no confían en las vacunas o prefieren medicinas naturales. La desinformación juega un papel muy importante, por esa razón hay que estar al pendiente para guiarles y ofrecerles orientación y apoyo constante. 

Para las familias en la comunidad y en reintegración familiar, se suele hacer campañas informativas. El enfoque se centra en orientación y/o recomendaciones, se hacen capacitaciones sobre temas más específicos, en base a las necesidades, por ejemplo, si los niños o niñas de una familia tienen bajo peso, se va trabajar con talleres de nutrición, de buena alimentación, apoyarles en el tema del menú. En otra familia, la prioridad cambia, pueden tener falta de higiene, entonces ¿qué se hace?, se prepara una charla sobre hábitos de higiene, hacemos una práctica, con el objetivo que a través de la práctica empírica sepan que la casa debe estar limpia, así como ellos mismos. Cada familia es un mundo, cada familia es diferente. 

Un caso que me ha conmovido mucho, es el de una familia monoparental. Un padre que vive con sus dos hijos, y en su trabajo obtiene recursos según sus necesidades diarias, pero cayó en cama. Para la atención de esta familia se coordinó con centros de salud, se colaboró con el traslado a sus consultas, se brindó mucho apoyo, incluso con terapias psicológicas. Puesto que el impacto e impotencia de ser de ser el sustento del hogar y no poder trabajar le afectó bastante al padre. Por su parte, los hijos estaban siempre al pendiente, siendo considerados, tratando de ayudar. En situaciones como esta es que se evidencia la importancia del fortalecimiento familiar. Fue una crisis familiar que se atendió según sus necesidades, con sensibilidad y empatía, reconociendo que el bienestar de los padres impacta directamente en el bienestar de los hijos. 

Algo que he tenido que aprender en este trabajo es la flexibilidad y adaptabilidad. Las familias son cambiantes, tienen su forma de pensar, te toca entender, conocer bien su contexto para poder guiarles. Llegar y decirles: tiene que hacer esto y esto, no va funcionar. Tienen su propia voz, es importante escucharles, así creas una conexión que incluso hace el trabajo más sencillo, ellos te abren sus puertas. Es muy lindo ver la apertura de las familias, que te reciban, incluso te busquen, te piden que los visites. Te dan una confianza que tienes que valorar. 

Como decía el Padre William B. Wasson, fundador de NPH, “las acciones son muy importantes, pero no harán un cambio a menos que toques los corazones de las personas”. 

En cada visita, en cada interacción se dan pasos para la construcción de un puente de confianza que nutre el camino hacia familias fortalecidas y comunidades fuertes y resilientes.