Una Escuela Nacida de la Tragedia
En enero de 2010, Haití fue sacudido hasta lo más profundo. Un devastador terremoto cobró más de 200,000 vidas, destruyó innumerables hogares y dejó a niños sin familias, refugio ni acceso a necesidades básicas. En medio de esta tragedia nacional, Nos Petits Frères et Sœurs (NPFS) respondió al urgente llamado a la acción. De entre los escombros, surgió una visión: crear un espacio seguro donde los niños desplazados y vulnerables pudieran aprender, sanar y soñar de nuevo.
Esa visión se convirtió en FWAL (Padre Wasson Ángeles de Luz), una escuela comunitaria y un programa infantil lanzado tras el desastre. Al principio, FWAL fue un refugio temporal para niños que lo habían perdido todo—proporcionando alimentos, cuidado y educación informal bajo carpas. Con el tiempo, creció hasta convertirse en una escuela completa, dando a los niños de los barrios más pobres de Puerto Príncipe una oportunidad de educación y estabilidad.
Catorce años después, FWAL sigue siendo un salvavidas para cientos de niños y sus familias. En 2024, a pesar de la inestabilidad, la violencia de pandillas y el colapso económico, más de 600 niños estaban matriculados en la Escuela Comunitaria FWAL. Para muchos, esta escuela es su único camino hacia un futuro mejor, demostrando que la educación en Haití sigue siendo un salvavidas vital.

Las aulas de FWAL ofrecen a los niños la oportunidad de aprender, soñar y construir futuros más brillantes a través del acceso a la educación en Haití.
Educación en Crisis: La Necesidad No Satisfecha de Haití
Haití enfrenta una de las crisis educativas más graves del hemisferio occidental. Según UNICEF, casi 500,000 niños en edad de primaria están fuera de la escuela, y casi el 80% de las escuelas haitianas son privadas, lo que hace que el acceso sea inasequible para las familias pobres. Incluso cuando los niños están matriculados, las interrupciones causadas por la inestabilidad política, las huelgas, la violencia de pandillas y los desastres naturales a menudo interrumpen su educación.
Frente a este panorama, la existencia de FWAL es extraordinaria. Proporciona educación de calidad, de bajo costo o totalmente subsidiada, comidas, uniformes y un entorno seguro donde los niños pueden aprender sin miedo. Para las familias sin recursos, FWAL no es solo una escuela—es la diferencia entre la educación y la supervivencia.
Un Día de un Estudiante en FWAL
Para estudiantes como Jean (alias), un niño de 12 años en sexto grado, el día comienza antes del amanecer.
“Me despierto a las cinco de la mañana. Camino a la escuela. En el camino, veo a otros niños que no van a la escuela y me siento agradecido de poder hacerlo.”
Cuando llega a FWAL, el patio escolar bulle con charlas y risas. “Jugamos y bromeamos con los amigos antes de que suene la campana,” explica Jean. “Luego vamos a clase. Durante el recreo, a veces estudio o comparto mi almuerzo con los compañeros. En el almuerzo, como en la cafetería con los demás. Después, regresamos a clase hasta la salida.”
La materia favorita de Jean es matemáticas. “Quiero ser ingeniero,” dice, con los ojos brillando. “Sueño con construir casas grandes y trabajar en obras de construcción.”
Lo que más ama de FWAL, sin embargo, no son solo las lecciones, sino el sentido de comunidad. “Las aulas son buenas, el patio está lleno de árboles y aprendemos bien. Solo desearía que el campo de fútbol fuera más grande—para poder jugar 11 contra 11 como en un partido real.”
Dentro del Aula: Voces de los Maestros

En FWAL, los maestros brindan orientación y ánimo, asegurando que los niños reciban educación de calidad en Haití a pesar de muchos desafíos.
Los maestros de FWAL enfrentan desafíos diarios en aulas que a menudo están sobrepobladas. “Una clase normal debería tener 20 estudiantes,” explica un maestro, “pero a veces tenemos muchos más. Necesitamos dos maestros por aula para manejarlo.”
Un día escolar típico comienza con la devoción matutina—un tiempo de oración, cantos y el izado de la bandera haitiana. Luego los maestros revisan uniformes, zapatos y libros antes de comenzar las lecciones. “Si un maestro falta, yo intervengo como suplente,” dice un líder escolar. “También vigilamos el patio, apoyamos a los niños en conflicto y revisamos la asistencia. Cada día requiere flexibilidad.”
A pesar de las dificultades, FWAL enfatiza la innovación. “Cada año traemos nuevos métodos. Ahora los estudiantes incluso evalúan a los maestros. Hemos alineado el plan de estudios con el nuevo sistema educativo de Haití e introducido medidas como las tarjetas de salida, para que los estudiantes no se vayan de clase sin permiso.”
Pero la inseguridad ha dejado huella. “Antes de la crisis, nuestros estudiantes a menudo lograban 100% de éxito en los exámenes nacionales. Pero con el ‘pays lock’ [bloqueo del país] y la violencia de pandillas, muchos niños abandonaron o huyeron de sus pueblos. Nuestros resultados siguen siendo sólidos, pero nada se siente normal ya.”
Más Allá de lo Académico: Apoyo a Niños Traumados
En FWAL, los maestros no son solo educadores—también son consejeros y protectores. “Muchos niños llegan traumatizados,” explica uno. “Algunos huyeron de casas incendiadas por pandillas. Otros vieron tiroteos o escaparon de ataques camino a la escuela. ¿Cómo puedes castigar a un niño que no sabe su lección, cuando sabes lo que ha vivido?”
Para algunos niños, la cafetería escolar proporciona la única comida que comerán en todo el día. Los maestros se adaptan con compasión, creando un entorno seguro donde los niños se sienten escuchados y apoyados. “Los tratamos como seres humanos completos,” dice un educador. “A veces la educación consiste en ayudarlos a sanar antes de que puedan aprender.”
La Vida Más Allá del Aula: Extracurriculares y Crecimiento
FWAL no se trata solo de libros y exámenes. También ofrece a los niños la oportunidad de soñar, jugar y crecer a través de actividades extracurriculares.
Muchos estudiantes se unen a programas deportivos, siendo el fútbol el más popular. Aunque el campo escolar es pequeño, los niños lo aprovechan al máximo. “Desearíamos que el campo fuera más grande,” ríe un estudiante, “¡así podríamos jugar por fin un partido real de 11 contra 11!”
Otros participan en campamentos de oficios de verano, donde aprenden habilidades prácticas que pueden ayudarles en el futuro. Estos campamentos introducen a los niños a la carpintería, costura, cocina y otros oficios—habilidades especialmente valiosas en un país donde el desempleo juvenil es alto.
FWAL también organiza programas de concienciación cultural y ambiental, enseñando a los niños sobre ciudadanía, trabajo en equipo y la importancia de proteger su entorno. Estas iniciativas dan a los estudiantes un sentido de propósito más allá de lo académico, preparándolos no solo para aprobar exámenes sino para contribuir de manera significativa a la sociedad.
Perspectivas de los Padres
Para muchos padres, FWAL es su última esperanza. Una madre explica:
“Me colocaron aquí cuando tenía tres años. Si no fuera por esta escuela, no tendría manera de apoyar a mi hijo. No tengo recursos, pero FWAL le da educación y un futuro.”
Otra madre agrega:
“Cuando aceptaron a mi hijo, se convirtió en parte de una familia. Su padre no ayuda, ni siquiera sabe en qué grado está. Pero FWAL me ayuda a llevar esta responsabilidad. Sin él, mi hijo estaría en la calle.”
FWAL es más que una escuela. Es una red de seguridad para las familias que no pueden pagar matrícula privada ni útiles.
Logros y Metas Futuras
A pesar de estos desafíos, los resultados académicos de FWAL siguen siendo sólidos. En 2024, la clase de noveno grado logró un 100% de éxito en los exámenes nacionales, un logro notable dada la inestabilidad que los rodea.
La visión futura de la escuela es clara: convertirse en un punto de referencia para la educación en Haití, un modelo de excelencia y resiliencia. Los líderes esperan ampliar las actividades extracurriculares, añadir materias como informática y seguir mejorando los métodos pedagógicos.
Pero los sueños están templados por la realidad. “Nuestras metas son inciertas,” admite un director. “Las necesidades son muchas, pero los tiempos son difíciles.”
Estadísticas de Graduación de Estudiantes 2024
Estos logros no son solo metas abstractas—se reflejan en las vidas de los estudiantes de FWAL. Cada grado completado es un paso adelante para niños que de otro modo nunca habrían tenido acceso a la escuela. Las siguientes estadísticas muestran cuántos estudiantes avanzaron en diferentes niveles de educación en 2024, ofreciendo una visión tanto de los desafíos como de los éxitos de brindar educación en Haití en tiempos tan inciertos.
Estudiantes | Preescolar | Sexto grado | Noveno grado | Quinto grado de secundaria* | Bachillerato | Talleres & escuela técnica | Universidad | Total |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Masculino (Servicios residenciales) | 9 | 4 | 5 | 0 | 0 | 0 | 0 | 18 |
Femenino (Servicios residenciales) | 2 | 4 | 13 | 0 | 0 | 0 | 0 | 19 |
Masculino (Comunidad) | 74 | 20 | 36 | 0 | 34 | 10 | 3 | 177 |
Femenino (Comunidad) | 88 | 29 | 31 | 0 | 47 | 6 | 1 | 202 |
TOTAL | 173 | 57 | 85 | 0 | 81 | 16 | 4 | 416 |
FWAL en la Comunidad
El impacto de FWAL se extiende mucho más allá de sus estudiantes. Al proporcionar educación, comidas y estabilidad, la escuela ayuda a mantener a los niños fuera de las calles—donde de otro modo podrían ser reclutados por pandillas o forzados al trabajo infantil.
Como señala un padre:
“Hay muchos padres que no tendrían los medios, y si no fuera por esta escuela, los niños quedarían en las calles.”
FWAL es un faro en la comunidad, un símbolo de esperanza nacido de la tragedia.
Por Qué FWAL Importa
La educación es más que leer y escribir—es un salvavidas. Para los más de 600 estudiantes en FWAL, cada día en el aula es un paso lejos de la pobreza, la explotación y la violencia, y un paso hacia la dignidad, la oportunidad y la esperanza.
En un país donde casi medio millón de niños están fuera de la escuela, FWAL se erige como prueba de lo que es posible cuando el compromiso, la compasión y la resiliencia se unen. Es uno de los ejemplos más sólidos de cómo la educación en Haití puede transformar vidas.
Del Terremoto al Empoderamiento
La Escuela Comunitaria FWAL nació de uno de los momentos más oscuros de Haití, el terremoto de 2010. Catorce años después, sigue siendo un testimonio viviente de que incluso frente al desastre, la esperanza puede surgir.
Cada día, cuando Jean y sus compañeros atraviesan las puertas de la escuela, llevan no solo libros y sueños, sino también la resiliencia de una nación decidida a mantener a sus niños aprendiendo.
FWAL es más que una escuela. Es una familia, un refugio y una promesa—que la educación en Haití perdurará contra todo pronóstico. Con tu apoyo, esta promesa puede llegar a aún más niños, ofreciéndoles la oportunidad de aprender, sanar y construir un futuro más brillante.
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