La misión de Nuestros Pequeños Hermanos (NPH) encuentra su verdadero sentido en los logros extraordinarios de sus jóvenes. Hoy celebramos dos trayectorias que inspiran y dan esperanza:
Amonise acaba de culminar sus estudios en Ciencias de la Educación. Actualmente trabaja en una de las escuelas más prestigiosas del país, donde encarna independencia, competencia y dignidad: los valores que nuestro apoyo busca sembrar en cada niño. Su entrega a la educación se convierte en un mensaje de esperanza y de transmisión de conocimiento para las generaciones futuras.
Gaelle, por su parte, ha obtenido recientemente su título en Medicina. Conforme a los requisitos nacionales, se prepara para realizar un año de servicio en una institución pública. Mientras tanto, ya aporta sus conocimientos en el Hospital St. Luc, contribuyendo de manera directa al bienestar de la comunidad.
Ambas jóvenes llegaron a NPH con muy poco, enfrentando numerosos desafíos. Hoy, gracias al acompañamiento recibido, se han transformado en adultas responsables y profesionales realizadas, listas para servir a sus comunidades con dedicación y amor.
Su éxito constituye un testimonio vivo del poder transformador de la misión de NPH. Detrás de cada logro se encuentra una red de educadores, cuidadores, padrinos, familias y colaboradores que, unidos, hicieron posible que estas jóvenes afrontaran la vida con confianza y determinación.
NPH no solo ofrece educación o apoyo material: sembramos semillas de esperanza, construimos proyectos de vida y formamos ciudadanos responsables, dispuestos a devolver lo que han recibido.
Amonise y Gaelle son también prueba viva de que, incluso frente a las circunstancias más difíciles, es posible soñar, perseverar y alcanzar el éxito. Sus logros no les pertenecen solo a ellas, sino a toda una comunidad que cree firmemente que cada niño merece un futuro digno y lleno de oportunidades.