Hola, soy Nicolasa Vásquez, enfermera en la clínica de Nuestros Pequeños Hermanos República Dominicana y para mí es un placer poder compartir con ustedes mi experiencia vivida en NPH.
Me uní a esta familia hace 20 años. Recuerdo que fueron tiempos difíciles ya que apenas estaba iniciando el hogar. Conocí a NPH a través de una señora que trabajaba en el departamento de trabajo social y cuando llegué, inicié como educadora. Estuve en este cargo por alrededor de seis o siete meses.
Actualmente soy una de las enfermeras que brinda su servicio en el área clínica a tantos niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad de la sociedad dominicana y formo parte del programa de Salud y Bienestar que compone el hogar.
Como enfermera mi servicio hasta ahora ha ido evolucionando. Gracias a Dios en el tiempo que tengo en NPH he puesto todo mi empeño para cumplir con el trabajo que se me ha asignado. NPH me abrió las puertas para poder brindar a cada uno de estos niños apoyo y dedicación especialmente en su salud, porque todo ser humano merece tener una buena salud. Este es un derecho no negociable. Así que durante el tiempo que tengo en la casa he podido controlar mis emociones y manejar las diversas situaciones que se nos presentan.
Admiro mucho la laborar que realiza el hogar con estos niños y niñas tanto en el área de salud como en todas las demás áreas. Estoy totalmente segura de que todo el trabajo que se realiza, sin duda, es con amor para cada uno de los beneficiarios. Siento una gran alegría porque soy parte de esta gran obra de amor hacia los más necesitados.
Un mensaje que me gustaría compartir con ustedes es: “no hay un precio para comprar la felicidad, pero si se multiplica cuando lo compartes”. ¡Apoyen la causa, porque definitivamente, cambia vidas!